lunes, 21 de diciembre de 2009

ESPERE SU TURNO PORFAVOR.

Hay personas que se conocen la consulta del médico mejor que la palma de su mano, pero hay otras que no saben ni cual es el protocolo de trabajo de esos lugares, como por ejemplo en mi caso que para mi habré ido una o dos veces a la residencia de mi ciudad. El otro día fue la tercera , aguante todo lo posible por no ir pero ya me pareció mi situación un poco preocupante, aunque tampoco era una cuestión de vida o muerte ,y allí me dirigí. Según entré me di cuenta del ambiente que en aquella sala se respiraba y mas aún cuando observé que había gente dormida en unos sillones de cuero rotos y sin colocación ninguna.
Llegué hasta el mostrador en el que una señora que ni siquiera me miró a la cara me pidió mi tarjeta médica, durante dos minutos estuvo tecleando su ordenador y sin levantar los ojos me devolvió mi tarjeta médica y me informó muy secamente que en un par de minutos me llamarían, y que me sentara.
Yo en mi interior estaba pensando como podía haber gente que trate así de secamente a otras personas que encima están enfermas y donde hemos dejado el buenas tardes, gracias, hasta luego … Si yo siendo peluquera y esteticista mimo a mis clientas para que salgan guapas y contentas , ¿cómo una señora que trata con enfermos no los mira ni a la cara?
Nos sentamos y efectivamente en un par de minutos mi nombre se mencionó, nos levantamos de unos sillones tan hundidos por el peso de personas que me daba hasta asco sentarme en ellos y pasamos a la supuesta consulta, que realmente era una salita y que ingenua de mí creía que estaría el médico. Una señora muy agradable nos pidió que nos sentáramos , que le diera mi tarjeta médica y que por favor le dijera mi problema. Lo apuntó debidamente en un informe y nos dijo que saliéramos fuera que ya me llamarían pero que había muchas urgencias y que no desesperáramos. Entonces yo la pregunte que por favor me explicara como iba el protocolo y muy educadamente me dijo que ella hacia un informe de la gravedad de cada paciente y que se atendía según el nivel de gravedad, como era comprensible mi caso no era muy preocupante y mucho menos de vida o muerte asiesque que por favor esperáramos fuera y no desesperáramos que cualquier cosa que necesitáramos estaría encantada de atendernos. Le dimos las gracias y nos volvimos a salir a la mugrosa y decepcionante sala de espera.
Por lo menos aquella enfermera nos había tratado estupendamente y lo más importante me había mirado a la cara al hablarme. Después de llevar cinco minutos allí sentada decidimos irnos porque comprendí que hasta pasadas tres horas por lo menos no me atenderían.
Finalmente me atendieron rápida y amablemente en otro centro de salud que la verdad no sabía que tenía ese horario de urgencias y que fui informada en una farmacia cercana.
Lo único que quiero transmitir como ciudadana es que da vergüenza la clase de comportamiento que tienen en la residencia y por supuesto la clase de atención que te dan. Si hay tanta crisis como dicen de puestos de trabajo porque el ayuntamiento o a quién corresponda ese trabajo consiente que una residencia, nuestra única residencia este vacía a lo que a trabajadores se refiere y llena de enfermos que tardarán horas en ser atendidos. Cómo consentimos las instalaciones tan viles que tenemos.
Resumiendo , doy gracias por no ponerme mala y por no tener que subir al hospital a menudo y siento en el alma los que no los quede mas remedio que hacerlo.
Sé que con estas palabras no voy a cambiar nada, cuanta gente habrá escrito sobre esto o se habrán quejado de alguna manera sin ser escuchados pero por lo menos que se sepa que los ciudadanos nos damos cuenta cuando ni nos miran al hablarnos ni nos tratan con educación , por supuesto hay excepciones, de que me sirve a mi que tengan carreras si eso lo han perdido debido a su ego o a que van a cobrar a fin de mes igualmente. Lo principal es tratarnos como humanos no como número de bultos.



VERÓNICA PULIDO HERAS

No hay comentarios: